El motivo de hacer esta última entrada al blog que creé para contar la experiencia de mi Erasmus en Suecia es que volví hace unos meses a Karlstad.
En todo este tiempo he de decir que he sufrido la depresión post-erasmus prácticamente todos los días. Es un sentimiento que sólo puede ser comprendido por otros ex-erasmus... Y la realidad no es otra: el Erasmus se vive una vez en la vida y jamás habrá algo igual.
Recapitulando un poco qué fue de mí al volver de Suecia, os cuento:
En el curso 2014-2015 cursé en la Universidad de Granada un máster en Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales. Fue un máster muy bonito pero a la vez muy sufrido. La experiencia de vivir en Granada durante un año fue increíble. En aquel momento, no sé si ahora es igual, Granada era la ciudad europea con más estudiantes erasmus. Confieso que eso, junto con la clase tan internacional que tuve en el máster, ayudó a que la tristeza de dejar Karlstad no fuera tan insufrible. El máster fue muy completo y pude seguir mejorando el inglés, esta vez en un ámbito jurídico, además del francés. Además, gracias a mi Expediente, me fue concedida una beca de colaboración en el Departamento de DIPRI (siglas de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales) en la Facultad de Derecho de Granada. Básicamente me encargaba de la gestión y organización de la biblioteca de ese departamento, a cambio de una magnífica experiencia y de 2.000€ de beca.
En noviembre de 2015, poco después de presentar mi TFM, fui seleccionada para hacer una beca de 6 meses en la Sede de Repsol, en Madrid. Los requisitos para acceder a dicha beca fueron bastante exigentes: necesité acreditar mi nivel de C1 en inglés, el haber cursado el máster y demostrar un expediente alto en la carrera. Una vez presenté toda la documentación, hice pruebas online de inglés y psicotécnicos. Tras ello, me llamaron para hacer una prueba grupal y una entrevista con el departamento de RRHH. Finalmente, me dio el visto bueno el Departamento de Relaciones Internacionales. Fue una experiencia inolvidable y muy gratificante, donde aprendí muchísimo, me lo pasé muy bien y le dio un mayor prestigio a mi escaso CV. Esta beca era remunerada con un sueldo de unos 900€ mensuales.
Una vez finalicé mi beca, en mayo de 2016, me puse en búsqueda muy muy activa de empleo, a la vez que completaba mi formación con cursos. Sin embargo, no fue hasta febrero de 2017 cuando me llamaron para trabajar en mi primer empleo, empleo en el que sigo actualmente. Soy Abogada de Empresa en Zamora y estoy muy feliz con mi trabajo, mi sueldo y mi vida aquí. Echo de menos Jerez muchísimo, pero es un puesto que me permite ir a casa bastante a menudo, además de poder hacer viajes como el que hice a Suecia en febrero.
Ya que he acabado de contaros mi vida (si alguien quiere profundizar en el máster, en Repsol o en lo que quiera, que me escriba), paso a enseñaros un poco lo que fueron mis días en Karlstad.
Viajé con Norwegian por unos 120€ ida y vuelta desde Madrid a Estocolmo. Mi llegada fue el 1 de febrero y allí me esperaba mi querida Laura. Laura se quedó en Suecia cuando acabó su Erasmus. Si queréis preguntarle cómo fue la adaptación, qué documentos necesitó y cómo es su vida en Estocolmo, me pedís su email que os atenderá encantada.
Lo primero que hicimos al reencontrarnos (además de llorar y abrazarnos) fue comer una de esas hamburguesas del MAX que taaanto echaba de menos.
Mientras nos poníamos al día, nos dirigimos a la estación de tren, puesto que nos íbamos a Karlstad aquel mismo día. El tren duró unas 3 horas, Emelly nos recogió con Agnes (más dramas y lágrimas) y nos fuimos a cenar a la nueva casa de Emelly, un apartamento en Kronoparken. Me duele mucho decir que no pisamos ni el Campus... Aunque quizás fue lo mejor, porque con lo emocionada que estaba por tanta nostalgia acumulada, ver mi habitación seguro que me hubiera puesto aún peor.
*Los famosos SNUFF, que en España no los conoce ni el tato y allí no ves otra cosa.
* En casa de Emelly, con Laura, Agnes y Jenny.
* Agnes nos preparó uno de esos cócteles suecos con tanto dulce y tanta fruta y sidra.
Aquella noche salimos en el famoso Koriander. Ya ni era VIP ni fue una locura ni estaba como lo dejé. Se me pasó super rápido el tiempo y llegaron las 2 de la mañana volando. Supongo que tuve un año para acostumbrarme al horario sueco y ahora se me hace cortísimo.
Al día siguiente nos fuimos al centro de Karlstad, que taaanto echaba de menos. He de decir que me acompañaron por pesada, ya que en aquellos días no dejó de nevar y la temperatura osciló entre los -7 y -10 grados. No era muy apetecible para un sueco andar por el centro esos días, pero yo tenía que aprovechar.
* El almuerzo fue en el centro comercial del centro de Karlstad. Como ya sabréis por el blog, las comidas asiáticas (en este caso estilo Thai) son súper baratas. Este platazo costó unas 70kr, como 8€.
* La famosa Stora Torget
* El río totalmente congelado
* La camarera, emblema de Karlstad
* Las niñas de paseo
* Apetecible paseo
Por la tarde merendamos un semla (aquel dulce que ya expliqué en el blog en su momento) y nos preparamos para la preparty que hizo Emelly antes de ir a Nöjesfabriken. (Sí, donde ví a Martin Garrix por 12€). Me pasó un poco lo mismo... En el erasmus era todo más intenso, todo era una locura... Lo que os dije y como decían las Azúcar Moreno: sólo se vive una vez. La cenita fue MADE IN SPAIN.
A la mañana siguiente, nos despedimos temprano de Emelly y Agnes, puesto que volvíamos a Estocolmo a pasar los últimos dos días en casa de Laura.
* Comida a domicilio. El típico pollo con patatas y verduras suecas de resaca. Ni 10€.
* No me acuerdo bien qué era esto, pero creo que era un teléfono para denunciar situaciones de acoso. No sé qué clase de karatekas se montan en este metro.
* Paseo por Estocolmo, Ayuntamiento.
* Cenita en un indio en el centro. Sobre 30€ cada una.
* Laura con su elección de cena.
* Postre, en el que se ve lo bien que le caímos al camarero.
* Laura con su gata y su piso.
Entre el frío y el cansancio acumulado del ajetreo en Karlstad y en Estocolmo, la noche en la capital fue corta y nos fuimos a dormir pronto. El último días iba a ser más corto aún, ya que a medio día salía mi bus desde Gamla Stan al aeropuerto. Aun así, aprovechamos bien la mañana.
*Debajo de esta estatua había...
* ¿Alguien quiere un iPhone?
* Cargador usb para el móvil en el bus.
*Pre-estación.
Y hasta aquí mi blog y mi experiencia sueca. Espero que os haya gustado esta despedida. Poneos en contacto conmigo para cualquier cosa, tanto del erasmus, profesional o si queréis hablar con Laura para profundizar en lo que es trabajar y vivir en Suecia para un español y qué trámites necesita llevar a cabo. Me ha encantado escribir todas mis vivencias y espero que las hayáis disfrutado.
Un beso y hasta siempre. <3