Gracias a mi amiga Helena, hoy puedo escribir esta entrada, ya que se ha ido a Laponia unos días y me ha dejado su ordenador para trabajar mientras tanto.
Bueno, os pongo un poco al día de mi vida en estos días.
El miércoles KBAB (la empresa que lleva la residencia) organizó un fika en el bosque, con Glokk, Pepparkakor y una hoguera. Después tuvimos nuestra última peli en la universidad. Fue una pena, aunque espero que Benni, el chico que lo organiza, lo haga también el semestre que viene. Acabamos con una de mis películas favoritas, "Pesadilla antes de navidad", de Tim Burton. Tras la peli fuimos por última vez a Bunkern. Nos tomamos unas cervezas, unas hamburguesas, y nos vinimos a casa. Como no he tenido ordenador, se vino Anthony a ver conmigo "Solo en casa", que mítica película navideña.
El jueves por la mañana decidí descansar un poco de taaanta tarea y fui a Lidl con Guille y Laura. Compré unos papanoeles de chocolate (no todos para mi!) y alguna que otra cosa que me hacía falta. Guille se compró una armónica... El mejor instrumento para estar de fiesta.
Después de toda la tarde en clase, nos arreglamos y nos pusimos a jugar a los retos antes de ir a Koriander. Me lo pasé genial, ya que los retos que nos habíamos inventado eran super divertidos (aunque alguno que otro era peligroso y cruel...). Desde luego, deberíamos escribir las reglas del juego. Os cuento un poco de qué iba.
Escribimos anónimamente los retos (pégale un posit a un vecino, grita desde el balcón, sal descalzo a la calle, llama al telefonillo a tal persona, pídele matrimonio a no se quien...). Algunos no eran posibles en ese momento (Pídele el Facebook al camarero de Koriander), entonces los podías acumular. Si querías acumular, tenías que beber dos tragos y sólo podías tener un máximo de 3. Si hacías el reto no bebías, pero si no querías hacerlo tenías que beber tres tragos. Fue genial.
Yo, que me encontraba un poco mal, acompañé a Alazne a recoger a unos amigos de España a la estación y entre el frío, la espera y el mal cuerpo que ya tenía desde por la tarde decidí quedarme durmiendo y no salir a Koriander... ¡Qué mal!
Pero a las 3 de la mañana Anthony estaba preocupado y me despertó y como me encontraba mejor me uní a la after party hasta las 7 de la mañana... Algo es algo. Me alegré muchísimo de haber bajado, ya que empezó a nevar y pude jugar, tirar bolas... Increíble.

El viernes desayuné con Alazne y sus amigos y nos fuimos al centro. Yo por fin me compré unos zapatos preparados para la nieve (mis Converse y mis Mustang se merecen un descanso). Almorzamos unas riquísimas tortillas de patatas que Aritz, uno de los amigos de Alazne, cocinó. Después de un corto rato de descanso, nos fuimos a UNO a tomar un cafe. Éste fue el chocolate caliente que me pusieron por 15kr...
Llegué a casa, me duché, me arreglé y nos fuimos a casa de Alazne a jugar al Beer-Pong. Supuestamente iba a ser una velada tranquila, pero al final acabamos hasta las tantas bailando, cantando e incluso tiramos una tele por mi balcón... (La tele no funcionaba, no preocuparos).





Al día siguiente, otra vez a levantarme temprano (después de haberme acostado a las tantas) ya que había quedado con mi vecina Emelly para ir a un mercado navideño. Me encantó ir con ella, ya que podía aprender un poco más sobre la Navidad en Suecia. Os pongo algunas fotos.
Almorzamos en el BurgerKing con los amigos de Alazne y después de un té me vine a arreglar, ya que teníamos la fiesta de despedida del semestre... ¡Qué penita y qué rápido ha pasado! Consistió en una ceremonia en UNO con vídeos, fotos, actuaciones, concursos (al más borracho, al más guapo, al que más cosas roba de otras cocinas... ¡qué risas!) y después una fiesta en Duett9, cómo no.

Después de otra larga fiesta (y de tirar una mesa por la ventana), a dormir lo poco que pude, ya que el domingo tenía el último día familiar con mi familia sueca. Fuimos de nuevo al mercado navideño, tomamos un café, nos dimos unos regalitos (Camilla me regaló una pulsera preciosa) y volvimos a casa. Tuvimos merienda española de pancakes... ¡Qué bueno! Tras eso, nos fuimos a jugar a la nueve... Estuve dos horas como una niña chica! Los niños me tiraron en pijama a la nieve, perdí un pendiente, comí nieve como una loca, una de mis "hermanas" me dejó un trineo y busqué mil y una cuestas para tirarme... Imposible explicar con palabras lo que es jugar con la nieve. Después de estar empapada hasta las bragas (con perdón) me duché, me cambié y cociné para Clément y Anthony. Y ya mi noche fue tranquila... ¡Y gracias a Dios, porque vaya fin de semana! Estuve con los franceses, nos despedimos de los amigos de Alazne y de unos chicos alemanes que también pasaron aquí el fin de semana visitando a un amigo y a dormir.
Hoy me levanté temprano ya que tenía que recoger el portatil de Helena. Estaba aún demasiado cansada para seguir con la tarea, así que mi día ha sido de soledad, relax y descanso. Almorzamos comida mexicana y me dormí una siesta hasta cerca de las 9... Después de cenar sí que he organizado la tarea para mañana ponerme desde temprano (tengo taaanto que hacer...).
Espero no abandonar muchos días el blog, aunque con todo lo que me espera por hacer no creo que haga nada interesante...
Muchos besitos, espero que esteis decorando vuestras casas y... en 13 días nos vemos en Jerez. ¡Por fin!
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